Hoy he tenido una gratísima sorpresa y todo ha comenzado por un despiste de los míos que nos ha llevado a una muy buena onda.
Y me explico: muchas veces digo que yo estoy en el mundo porque tiene que haber de todo, y es que a veces no me entero de nada de lo que pasa a mi alrededor, ¿qué le vamos a hacer?, ¡así soy yo!. Pero la cosa ya se pone más peliaguda cuando me apunto (o mejor dicho, apunto a mi peque) a un evento y no me fijo bien en el día que es. Si además crees que es justo el viernes de esa misma semana, ya pueden puedo llover y tronar que seguirás pensando en el evento que se avecina.
Pues bien, allá que apunté yo a mi churumbel a un taller bien chulo (ya contaré más adelante si acaso aunque sea por
Instragram) y hoy a la salida del cole, allá que nos hemos ido al supuesto evento. No sé porqué ni porque no, he mirado en el móvil algo relativo a la Biblioteca donde nos disponíamos a entrar, mientras mi peque jugaba en el parque que hay justo enfrente... La risa que he soltado ha llamado la atención de mi marido y aquí estoy yo, entre risas y un poco de vergüenza diciéndole "que me he equivocado de día, que no es hoy", jajaja. En fin, ya que estábamos allí pienso que tal vez haya otro taller. Pues si, haberlo haylo, pero es para mayores de 7 años y además las plazas están agotadas.
Quiso la suerte, que la vejiga de mi peque le apremiase y nos decidimos a entrar en la Biblioteca, y quiso también la suerte, que los servicios estuvieran atravesando la misma. Y como nosotros tenemos más peligro que una caja de bombas en un lugar lleno de libros, antes de llegar a los servicios, nos hemos ido parando, cuando no era uno era el otro, y así mi marido me ha plantado delante "
¡¡¡Mamááá...!!!" de
Carles Cano y
Paco Giménez, editado por
Anaya Infantil y Juvenil.
Ya desde aquel "
¡¡¡Papááá...!!!" que reseñé en este mismo blog hace casi justo 3 años, allá por abril del 2013, me quedé prendada de la forma de hacer de Carles Cano y pensé que debía haber algún otro albúm ilustrado dedicado a las madres (y justo ahora nos vamos acercando al Día de la Madre). Pues bien, había encontrado el dedicado a la Abuela, al Abuelo, pero ni rastro del dedicado a las madres... y de pronto, allí lo tenía, sustentado delante de mis ojos.
¡Qué inmensa alegría!... así tal y como estábamos, de pie, a medio camino hacia los servicios, no hemos podido evitar abrirlo y disfrutar de él. Leído en esta ocasión por papá, hemos ido pasando por la imaginación calenturienta de la niña protagonista, a la que perseguían leones, dragones, brujas, hombres del saco... y cómo ante una llamada aterrorizada de ¡¡¡mamááá...!!!, ésta se levanta veloz de la cama como un rayo, tan sumamente rápido que la sábana queda prendada de su cuerpo cual capa de una heroína y, uno tras otro, da su merecido con astucia y argucia, a los malvados que atemorizan a su pequeña.
No hay nada como saberse querido y protegido por tus padres, y no hay nada, cuando eres un/una niño/a como el beso de mamá que es capaz de curar y hasta de hacer que la noche transcurra llena de sueños mágicos y maravillosos.
¿Y qué hemos hecho tras completar el recorrido hacia los servicios?, pues lo que nos encanta: mirar libros, mirar más libros, hablar con los bibliotecarios, conocer de su mano proyectos e iniciativas maravillosas, apuntar libros para buscar en la Red de Bibliotecas (a ver si hay suerte y nos llegan a través del préstamo entre bibliotecas), conocer a una Instagramer personalmente (nos conocimos a través de Instagram a partir del evento de
#hoyleemos Alicante y como no, llevarnos algún libro que todavía teníamos un carnet con huequito. No perdáis de vista a la
Biblioteca Pública Municipal de Sant Joan d' Alacant, con gente majísima y que continuamente están realizando actividades para pequeños y mayores.
Allí mismo, en la segunda planta, un grupo de persona realizan casas-urnas tan lindas como ésta para que los lectores puedan intercambiar libros, dejando uno y cogiendo otro de los que haya en ese momento. Aquí podéis ver más sobre
Little Free Library.